viernes, 23 de diciembre de 2016

IRREVERSIBLES POETICOTIDIANOS. Sisebuto Liuva

       






     INMERSIÓN.
    Del medio mecánico al medio digital.

       Muchas son las posibilidades de trasmutación de su propio entorno y de todo lo que tiene lugar en la red. Igual que muchos y muy profundos los cambios que se producirán no tanto gracias a los avances tecnológicos, como a su aplicación de una u otra forma a través de internet. De hecho, podemos afirmar que aquello que no se da al otro lado de las tresuvedobles, en realidad no se da. Para ser más exactos, ya tenemos claro que la realidad, tomada como lo material, lo corpóreo, el conjunto de cosas existentes, está absolutamente disociado y al margen de lo netamente virtual. Nadie puede negar que internet, y sus aclamadas redes sociales, es la futura neo-realidad donde todo va a tener lugar. Mientras que lo que queda de nuestros cuerpos y de los fragmentos de estos que han ido dejando por ahí la modernidad primero y la postmodernidad después, se convertirán en reliquias de las culturas mecanicistas, dignas de ser restauradas dentro de no mucho tiempo, para asombro de estos, y recuerdo de aquellos que ya no podrán vivir sin sus gadgets, sus interfaces y sus apepés. Todo se volcará en cientos de miles de millones de servidores que recrearán eltodo instantáneamente. Como si el puzle de nuestro medio natural y humano que hay dispersado por la tierra se estuviera integrando -del latín, integrare: dejarlo como estaba- para que dispongamos de todo lo queramos cuando queramos a través de nuestros teléfonos inteligentes.

      Y con un afán doblemente registrador, puede que por un lado google earth tarde mil años en geo-cartografiar nuestro planeta por completo. Mientras tanto nosotros por otro, a través de las redes sociales, las páginas, los blogs, los periódicos digitales, etcétera, iremos cronologizando en el mismo espacio nuestras propias vidas y experiencias, en una suerte de macro diario global. Pero nada de esto deja las cosas como estaban. Un trasiego constate y creciente de información, dotado de la mayor capacidad de captación de atención dirigida a cada uno de los miembros de las formas familiares que se den en el futuro, en todo momento bien atentos por separado a sus pantallas, aplicará algoritmos y determinará de una manera u otra nuestras búsquedas. Mientras fluye la información, se paga por nuestros datos, y nunca en la historia mundial de la piratería se habían dado como ahora tantos y tan prolíficos piratas solitarios, corsarios al servicio de poderosos estados, bucaneros contrabandistas de datos, negreros esclavistas de cuerpos virtuales, saqueadores de derechos intelectuales, de identidades y de cuentas corrientes: hackers. Que si se me permite el comentario, siempre me ha dado la sensación fonética de ser unos tipos que tienen a la sociedad de consumo digital en permanente jaque. Aunque lo que se dice -no sin cierto romanticismo de club de amiguetes- en la polimorfa y autogenerada wikipedia, es bien distinto a esa idea, de qué mejor paraíso para un auténtico pirata que un abismo binario sin localización aparente en ningún sitio. “Un hacker es todo individuo que se dedica a programar de forma entusiasta, o sea un experto entusiasta de cualquier tipo, que considera que poner la información al alcance de todos constituye un extraordinario bien. De acuerdo a Eric Raymond el motivo principal que tienen estas personas para crear software en su tiempo libre, y después distribuirlos de manera gratuita, es el de ser reconocidos por sus iguales”. Esto, según el propio diccionario de los hackers. Y eso es ya un diccionario -el de los hackers-dentro de otro diccionario -el de la wiki- y así podríamos seguir. Por mi parte no quiero entrar en ese debate, y suelo pensar que no existe una versión de su papel en ese espacio sin la otra. Mención aparte dentro de esta discusión habría que hacer de Anonymus y sus acciones a nivel mundial y qué papel jugarían en el futuro.



      DESCOMPRESIÓN.
      Reducción de la presión del medio real hacia el virtual.


      Pero la cuestión aquí es el impacto que todo ese mundo nuevo causará al menos en las tres generaciones inmediatamente afectadas. La primera, la de cuatro de los autores de Irreversibles, y un cuarto de la población mundial, es la generación a caballo entre los que solo conocieron la pizarra de tizas en el colegio, el instituto e incluso en la universidad; y ahora, trabaja con, y/o está habituada al uso constante de las TICs -tecnologías de la información y la comunicación- Teniendo en cuenta que según datos de OSCE el 46% de la población mundial tiene acceso a internet y un 75% teléfono móvil. Yo mismo abrí mi primera cuenta de correo electrónico en Hotmail en el verano de 1997. Me registré en Facebook en 2007. Tengo Web propia y Blog desde 2008 y cuenta de Tuitter e Instagram. La siguiente generación es la de los nativos digitales propiamente dichos; los nacidos en los ´90 y en la primera década de este siglo: el quinto de nuestros autores. Y todos los miembros de estas dos generaciones estamos en plena era de la simulación 3D, de los logotipos, la mercadotecnia y el GPS. Y entre otras cosas ya estamos obligados a cuestionarnos cómo nos llega y cómo generamos la información. Por último, la tercera será la que de forma más natural asimilará todo tipo de cambios en el ser y estar dentro de la red, puesto que ya les habrá precedido una generación plenamente  neo-virtual, y la alfabetización digital -en el uso de TICs- será algo consustancial a ellos mismos. “El éxito de los interfaces gráficos ha consistido en vincular en un entorno visual próximo operaciones informáticas que se realizan en un lenguaje de gran complejidad. La expansión social de internet ha dependido en gran parte de esas nuevas convenciones gráficas. Convenciones que propician una práctica intuitiva, metafóricamente espacial de las operaciones que lleva a cabo la máquina” La Pieza Huérfana. Relatos de Paleo-tecnología. Víctor del Río.






       Ellos y nosotros continuaremos añadiendo datos, sumados además a los que acapara el impertérrito llamado big-data, integrándonos en una especie de común digitalizador, de manera irreversible. Pero nada de esto deja todo como estaba. Nada detendrá la idea de que tendremos que cuestionar o reformular nuestra noción de realidad objetiva, por supuesto de verdad; y más allá quizá, la de nuestra propia naturaleza, en la medida en la que cada vez más somos catalogados como información.  El debate acaba de empezar. “Los seres humanos no son información excepto de manera metafórica. La comida no es información. El placer no es información. La vida no es información. De manera que cuando el universo es definido como información, es mucho lo que se está quedando fuera. Se invertirían grandes recursos emocionales en la noción de comunidad virtual. Pero en el mundo real, el de la producción, el del poder y el de la corporeidad, nada esencial ha cambiado”. Zona Temporalmente Autónoma. Hakim Bey. Apéndice D: Carta a Valencia. 





        ACLIMATACIÓN.
        Del medio templado al frío tráfico de datos.

       A pesar de esto, la escala de lo que parece una estampida, una huída hacia adelante, crecerá y crecerá exponencialmente. De internet es el ahora, el inmediatismo. Y ahora el sexo, la guerra, la droga y la música son de internet. Y detrás de eso va todo contado en número de clics. Internet no sólo es la web, red, malla, trama, urdimbre…, podría decir, dibujo, cartografía, carta o mapa, que no parará de crecer como un plasma que anegará el mundo conocido. Pensad en qué diría de esto Korzybski -a propósito de que el mapa no es el territorio- y de los recortes de realidad que impone por definición todo sistema que se pretenda objetivo y científico. Pero claro, como internet, exactamente no lo es… Imaginad ahora a los cartógrafos del cuento de Borges "Del rigor de la ciencia". Se quedarían fascinados ante la dimensión y la extensión de esa maraña de eones de bits viajando sin fin ya posible a través de la fibra óptica a velocidades próximas a la de la luz que se extiende por el planeta. Se cegarían ante la visión profética de un crecimiento ad infinitum. Superando al territorio. Que si hablamos de mapa y territorio, es porque en teoría el primero es finito y el segundo infinito. Pero hablar de Borges, es hablar de hiperrealidad. Y en ese diminuto relato hace referencia a la obsesión del ser humano por representar la realidad con una precisión enfermiza. Una crítica a la ciencia que se olvida del propio ser y sólo quiere acumular información y replicar el universo que nos rodea, hasta el punto de crear un mapa del mismo tamaño que el imperio al que debería representar. En este momento, quiero pensar que ni el mismísimo Borges hubiera imaginado algo así.  Que internet en general, y el uso de las redes sociales y las apepés para todo tipo de relaciones en particular, han dejado muy atrás el plano conceptual y metafórico de su hiperrealidad, y construyen a la mayor de las velocidades el escenario virtual donde la simulación y la apariencia suplantarán de facto a la realidad. Hiperrealidad. Ciberrealidad. Y sé que Borges y muchos otros no me perdonarán esto pero… si pudiera, yo me atrevería a preguntarle: ¿Don Jorge Luis; pero… ¿qué fue antes? ¿el huevo o la gallina…? ¿La hiper o la ciber-realidad? Y quién sabe lo que podría llegar a imaginar e iluminarnos la conciencia con su respuesta. La cuestión es que no podemos siquiera intuir hasta dónde alcanzará la onda expansiva de ese bigbang arácnido que se desató allá por los sesenta en el M.I.T. -Massachusetts Institute of Technology- con su proyecto de interacciones sociales a través del networking: trabajo en red. Pero se ha hecho evidente que ni los nativos digitales, ni la generación a caballo, podremos volver sobre nuestros pasos, y percibiremos la nueva realidad ciberespacial como auténtica: un puro sofisma -desde el punto de vista platónico de la expresión- donde todo depende de una posición relativa. Hemos pasado de una sociedad del espectáculo/simulacro, a la muy pulcra de la escenificación, que ya parece obsoleta ante la simulación de la presencia que se da entre pantallas. Esencia poca. Relativismo a tope. Y como ejemplo valga que Eurípides y sus acólitos sofistas, tenían claro allá por el siglo IV antes de Cristo, que la búsqueda del placer y el dominio del más fuerte, son las únicas conductas que compartimos todos los humanos -¿solo los varones? pregunto yo- Y ante la duda sobre si la respuesta acerca de la violencia ejercida por el dominio -de los varones- también es un sofisma o no, y si también vale para mujeres- se sabe que algo así ya está ocurriendo en ese imparable cosmos -por no llamarlo con la siempre asfixiante, red- donde no sabemos aún por lo que acabaremos pagando. Pero lejos de querer caer en ciberespacios oscuros, prefiero hacerme preguntas como ¿terminaremos todos wikeados; o sea, con nuestra propia entrada en la wikipedia, por cualquier cosa que hayamos hecho? ¿y si no todos, al  menos la mayoría de nosotros? o si por el contrario, ¿se establecen dos nuevas clases sociales globales divididas entre tecnófilos y tecnófobos; unos que serán cada vez más dependientes de la aplicaciones posthumanas de todos esos avances, y otros que no permitirán que la tecnología y la especialización de todo tipo de redes sociales interfiera en sus vidas -al menos de manera significativa en sus relaciones- en un intento de volver al contacto directo? No hay duda de que estas y muchas otras cuestiones se irán manifestando por sí mismas a través de cómo nos relacionemos en este neocosmos.

      Por eso no hay nada mejor para mitigar la posible inquietud e intriga por desvelar hasta dónde podremos controlarlo de manera global, o hasta dónde nos podrá controlar a nosotros, como el entusiasmo de estar asomándonos a un futuro donde las herramientas que se emplearán se están diseñando ahora y aún no sabemos para qué.





        EMERSIÓN. 
       De los dispositivos informáticos a la caja de herramientas.

   Las sociedades de los siglos XIX y XX se diferencian claramente de la sociedad del siglo XXI en el concepto que tiene cada una de “herramienta”. Para la sociedad  industrial del XIX y la de la comunicación del XX, herramienta -del latín, ferra mentum, formado de hierro- podemos generalizar, sean manuales o mecánicas, que es todo aquello que representa una proyección de su anatomía, para facilitar una tarea que requiere una cantidad concreta de energía. Mientras que para la sociedad del siglo XXI -sobre todo para las personas integradas en la web 2.0, que no somos meros espectadores o consumidores de la información, sino que, de manera sencilla, nos hemos convertido en protagonistas de este proceso, dando un paso más para ser sujetos activos, publicando opiniones, escritos y cualquier tipo de archivo multimedia, y compartiendo inquietudes, búsquedas, y proyectos- esas herramientas son una proyección de nuestro intelecto. De ahí que a nuestra sociedad actual se la conoce como La Sociedad del Conocimiento. Registramos, intercambiamos, procesamos y protegemos información.

        Irreversibles, se han alojado deliberadamente desde ese punto de vista, en el concepto manual de herramienta, y en cinco muy concretas, como contraposición a las herramientas informáticas, para identificar su intención de no perder el referente esencial y la relación íntima que existe entre determinados sujetos y objetos. Si una persona que se dedicaba a herrar caballos era un herrero; aquellos que producen y promueven blogs, son blogueros. Y esto es extrapolable a decenas de relaciones actuales entre nuevas actividades y nuevos productos. Y que como hemos visto, seguirá en aumento. Con ello surge la necesidad de una alfabetización digital constante, para que de esta forma se nos brinden más herramientas para enfrentarnos a los retos propios de la sociedad del conocimiento. Pero en todo ese proceso, el del paso de la relación manual y mecanicista con un tipo de herramientas, a la asepsia digital de la relación con las herramientas informáticas, parece evidente que por un lado algo se pierde y por otro algo aparece. Pasamos de la identificación de un actor dada su acción, a la identificación de un presentador a través de su presencia. La actividad de herrar te convierte en herrero. Pero para ello necesitas establecer unas relaciones manuales a través de una realidad objetiva, material. La actividad de procesar información y generar conocimiento te convierte también en procesador, en generador. Como una pieza más de un sistema integrado que promueve el desarrollo de un espacio virtual dentro de un lugar intangible, el neocosmos del que he hablado: el ciberespacio. 





        IDENTIFICACIÓN.
        Del salto al vacío con red.

        Igual que un día se pasó del concepto de obra maestra al de obra de arte, sustituyendo la complejidad técnica como valor en sí mismo, por el aspecto conceptual, superando así la estricta relación manual entre un autor y su obra, hoy se diluye la esencia de cualquier actividad desarrollada en un plano real y aparece la presencia virtual. Dentro de este contexto, Irreversibles, han vuelto de los sistemas operativos, procesadores de texto, hojas de cálculo, presentaciones digitales, correos electrónicos, chats, foros, audios, videos, wiki´s, blogs, webs, podcast, etcétera, al destornillador, el alicate, la sierra, la llave fija y el martillo. Un conjunto singular de herramientas básicas con las que fabricar -del latín, fabrica: arte u oficio- del verso a la línea, de la estrofa al conjunto, del poema al texto, IRREVERSIBLES POÉTICA COLECTIVA. Una re-presentación de mucho de lo que nos rodea, y cómo nos rodea. Sobre todo reflejando de qué manera la sociedad de consumo primero, con su caballo de batalla, la publicidad, y su territorio, el cuerpo,  y la sociedad del simulacro después, y su gran escenario virtual, el ciberespacio, determinan nuestro mundo, sus relaciones, y transforman nuestro lenguaje. Y como se sabe, lenguaje siempre se contrapone a realidad. No vemos el mundo que es, si no el que somos, y en este sentido, somos lo que somos capaces de describir. E Irreversibles, son partícipes e intérpretes del impacto del lenguaje publicitario y la re-evolución del lenguaje del ciber-espacio. De ahí que la contraposición que llevan a cabo entre herramienta manual y herramienta informática, no se manifiesta como un enfrentamiento antagónico, sino como una asimilación; una superación y un reflejo poetizado, de unas en otras. Se muestra cómo a uno y otro lado del frío ciberespacio, es útil manejar un surtido básico de herramientas, no solo informáticas. Un destornillador de montaje, un alicate de sujeción, una sierra de corte, una llave de apertura y un martillo de golpeo, son los objetos con los que se construye un poliédrico mural, irreversible, a las puertas que dividen uno y otro escenario. El ciber y el real. Una amplia experiencia plástica y poética de afuera hacia dentro y de adentro hacia afuera.  




        ECLOSIÓN.
        Del territorio físico al mapa virtual.

        Una ola social toma las redes. La poesía ocupa su puesto; al pié del ratón, y con todas las gigas de la fibra como principal recurso. Las consolas conquistan las plazas. Nunca en ningún momento de la historia de la cultura se había dado tal proliferación y en tan distintos espectros, estilos y calidades, de todo lo que podemos abarcar con el término poesía. En mucha mayor medida está ocurriendo con la música. Pero en todo caso esta abundancia creativa, el mayor acceso a los medios, la multiplicidad de soportes, físicos y digitales, y la buena respuesta por parte del público y de entidades públicas y privadas, nos sitúa en un momento, al menos para la poesía como fenómeno, cuando menos, dulce y entusiasta. Y todo es producto, entre otras importantes razones, no tanto de la revolución informática en sí, como de internet, sus herramientas propias y a las redes sociales. Pero tengo que decir en general que -a pesar de que el retroceso del mundo editorial en papel con respecto a las plataformas digitales es un hecho con tendencia constante de ser así- en parte y en menor medida, muchas editoriales digitales y en papel, especializadas en el género, se benefician, y han creado su propia red física de eventos, encuentros, clubs, etc. Ahora se cuentan más que nunca festivales poéticos, competiciones, jams poéticas, ferias alternativas, colectivos dedicados a las intervenciones, etcétera… y lo más importante de todo, además de que está sucediendo, es que sabemos que sucede, porque está en la red. Que viene a ser como decir a lo Jung, que está en el ciberconsciente colectivo. Te hayas enterado o no de lo que era el otro; el inconsciente.  

        Supongo que todos entenderán que hubo un tiempo no muy lejano, entre los `80 y los `90; después de la LODE -la Ley Orgánica del Derecho a la Educación 1986- y antes, no de los teléfonos móviles, si no de internet y las redes, Facebook, Twitter, etc, en que la  poesía era una cosa antigua que no interesaba a nadie. Su ámbito social se reducía, amén del de los estudiantes de filología -no todos- y algún profe taciturno de literatura, a la carpeta –archivador de documentos, apuntes, en folios- de los alumnos del Insti, de las que unos copiaban las citas y poemas de otros, una y otra vez, hasta alcanzar el anonimato. Y su singular territorio era, la adolescencia. ¿Qué ha sido de acrónimos desaparecidos como este -porque por su presunto autor no me atrevo a preguntar-?





“En la calle de la A,
me encontré con la M,
y me dijo que la O
estaba loca por la R”.

¿o qué ha sido de los ripios romanticoides con acné como este?

“No te fijes en la letra
 ni te fijes en la escritura,
fíjate en quién te escribe,
que te quiere con locura”.

¿y de versos sueltos anulares como este?
            
“De mí para ti por ser tú”

        O lo que es más importante, ¿dónde están esos y todos los demás poetas? No es necesario que conteste. Ya hay quienes afirman que el salto de la muy seguida poesía carpetera de los INB´s -Institutos Nacionales de Bachillerato- de los ´80 y los ´90, a los blogs y páginas más o menos amateurs, más o menos especializadas de hoy, ha sido como saltar en 20 años de Altamira, al graffiti global callejero. Pero con soporte digital. Como si la poesía fuera la revolución y la red la bastilla. 

        Más allá de extrapolaciones, lo que estamos viendo hasta el momento es que los eventos, presentaciones, ediciones y actos relacionados directamente con la poesía, se dan a uno y otro lado de la red con la misma espontaneidad. El escenario ciber y el escenario real mantienen cierta sinergia. Y que dure cien años dicen muchos. Los mismos que decimos que hay tantas poéticas como personas hagan suya esa idea. Y son muchas. De la manera que sea. Igual que somos conscientes que tanto a nivel social como virtual nos encontramos, entre el tan cacareado por la red e impreso en una pared -¿de verdad?- “cuándo fue la última vez que hiciste algo por primer vez?” pasando por el ya mítico “te comería a versos” -en los pasos de peatones en Madrid de de Boa mistura- hasta intervenciones a través del lenguaje de artistas de toda talla que no cabe mencionar aquí. En ese territorio que muchos han pasado a conquistar, en lo físico, pero sobre todo en lo virtual, cabe lo inabarcable. Y los críticos y sociólogos tendrán las mismas herramientas y estadísticas que los que las generan para explicar qué está sucediendo. Irreversibles no quiere ser juez ni parte. Pero está fuera y está dentro. Como tantos otros. 



ç
INSOLACIÓN.
        De la fascinación al exceso de energía.

Para terminar con todas estas divagaciones y observar la tipología de futuros mitos, alumbrados con bits, quiero enunciar, también como paradoja, que el más famoso e histórico apagón -el colapso en cadena de la red interconectada de 375.000 voltios CANUSE del 9 de noviembre de 1965 de la ciudad de New York- que afectó a más de 30 millones de personas en el noroeste de Estados Unidos y Canadá durante doce horas, dio lugar a uno de los más notables baby-booms de la historia del siglo XX. Lástima que no sea más que una leyenda urbana. Pero el caso es cada vez que se menciona ese u otros apagones famosos, la gente lo que recuerda es el falso romanticismo de que ante la inoperatividad de toda la red eléctrica, a todo el mundo de dio por fornicar. Donde y con quien fuera. Como si llegara el fin de algo, del mundo, o al menos del mundo asistido por la electricidad. Como si la gente quisiera creer que, ya que no podemos trabajar, ni cumplir con nuestras obligaciones básicas y diarias, y sin el amparo y supeditación a nuestra red eléctrica, lo mejor es darle la cara a los más lúbricos instintos. Volviendo de alguna manera a lo que nos hace mamíferos. Pero está ampliamente demostrado y acreditado que nada de eso ocurrió en realidad. En ninguno de los casos. Pero en todos aparece la misma leyenda. Algo que quisiéramos todos que ocurriera a sabiendas de que nunca será así, por una serie de interminables razones; contrarias al instinto. Dando lugar al mito. Entonces cabe que me pregunte ¿qué sucedería si durante, no solo unas horas, sino días, y no solo en una gran urbe, sino en gran parte o la totalidad del ciberespacio mundial, se diera uno de esos apagones, o un virus que lo opacara todo, dando lugar con ello una inopinada -inusitada- y terrorífica zona oscura? ¿Volverían los seres humanos a salir a la calle? ¿Volverían a relacionarse unos con otros en un plano físico? ¿Volverían a tener relaciones directas? ¿También relaciones sexuales? Suponemos que dependiendo del grado de colapso, mayor o menor sería el mito carnal sobre el apagón informático que se construiría después. El de ”El Ciber-Baby-Bom”. Porque está claro que en los tiempos que corren los humanos prefieren creer que algo ha ocurrido, o creer que está ocurriendo, a que ocurra de verdad, y que además ellos sean protagonistas. ¿Dónde? En el neocosmos. ¿Entre quiénes? Entre aquellos poseedores de apariencia. 

Mientras, para unos la luz del poetry-boom languidece, para otros, la del ciber poetry boom, resplandece.  






        DESTRUCCIÓN DE CONSTRUCCIÓN.
        De los utensilios y del cuerpo.
        A continuación, un acercamiento a cómo en Irreversibles se da la siguiente constante: el mapa, son los objetos y el territorio, fundamentalmente, el cuerpo. Y en esta idea se sitúan en mayor o menor medida estos cinco autores. Cada uno personificado en una herramienta, y si cabe, su lenguaje, y con su uso particular, si puede, en su poética. Que si pensamos que si el movimiento es desde los objetos, las herramientas, el mapa; entonces el cuerpo, es el territorio. Y ahí caemos de nuevo en la idea borgeana de inabarcabilidad. Pero en este caso lo importante es el intento, y eso implica al menos una inmersión, un conocimiento, o una destrucción. De donde se construye con las mismas herramientas de nuevo el cuerpo que se vuelve a destruir y a reconstruir, etcétera. Como aquellos que disgregan un puzle en el momento siquiera de haberlo concebido. Y empiezan otra vez. 

       Una cierta identificación de los autores con esa relación simbiótica entre forma y función de cada una de sus herramientas. 

        Está claro que no he querido empezar archi-nombrando el concepto más recurrente de los últimos 30 años de arte, filosofía, vida y poesía.  El viaje de Irreversibles es una destrucción, construcción, destrucción, re-construcción, constante. Y valga que hoy en día se puede de-construir hasta unas gafas para la vista ¿Te las imaginas? Pues si no lo has hecho, ahora, y antes de asomarnos a cada uno de los autores por separado, valga este poema de-constructor de objetos poeticotidanos: 



                 en las dos
           D      E U   N A  
sillasatappatas

             sebalanceaba

             sebalanceaba

                 sebalanceaba
                     sebalanceaba

sebalanceaba

                SU- vIDA 

S U C I R C U N S T A N C I A










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